Un bronceado perfecto tiene muchas ventajas para el cuerpo: mejora tu apariencia, fortalece tus huesos y ayudan a prevenir enfermedades, gracias a la vitamina D.
Exponernos al sol puede ser perjudicial para la salud, pero si lo hacemos de manera controlada puede resultar hasta beneficioso. Por eso te damos 5 tips para que tengas en cuenta antes de desembarcar en el mar:
Preparar la piel
Se empieza 15 días antes de que te expongas al sol. Puede ser una buena idea aplicar prebronceadores, para activar la melanina y evitar las quemaduras.
Alimentos que pueden ayudarte
Semanas antes de tu viaje consumí alimentos ricos en caroteno como la zanahoria y el tomate y en alfacaroteno -maíz, brócoli, kiwi- para mejorar la pigmentación de la piel y evitar que los rayos UV provoquen algún daño.
Además, los productos ricos en vitamina E y B -pescado y legumbres- evitan la deshidratación, la descamación de la epidermis y prolongan el bronceado.
Exfoliá tu piel
Elimina las células muertas de tu piel, para que perdure un poco más tu bronceado. Trata de aplicarlo con un paño tibio y húmedo; frota todo tu cuerpo en pequeños círculos y enjuaga con agua tibia. Puedes comprarlos en el mercado o hacer uno casero con azúcar, limón y miel. La arena es un exfoliante natural.
Utilizá un fotoprotector
La aplicación de un filtro solar ayudará a prevenir la presencia de manchas y te ayudarán a conseguir un bronceado uniforme. Debes elegir el adecuado, según tu tipo de piel.
Evitá los aceites sin protección, debido a que aceleran el envejecimiento prematuro y favorecen las quemaduras solares.
Hidratá tu piel
Tomar dos litros de agua es lo mejor que podés hacer. Utilizá una crema, leche o gel para después del sol, que contenga manteca de cacao o aloe vera, la cual tiene efectos calmantes, antiinflamatorios y regeneradores, los cuales mitigarán el dolor, ardor o infecciones.
Los especialistas recomiendan suspender la ingesta de medicamentos como antibióticos, sulfamidas o anticonceptivos, los cuales generan una fotosensibilización de la piel, lo que favorece la aparición de manchas.
Además, es indispensable que te realices los baños de sol de forma paulatina, es decir, el primer día puedes exponerte a los rayos en sesiones de cinco minutos, los cuales se incrementarán conforme pasen los días.
Es importante cambiar de posición cada cierto tiempo, para evitar la insolación y las quemaduras solares.
Al final del día tomá un baño con agua tibia para eliminar los residuos del filtro solar y cerrar los poros. ¡Ahora sí, disfrutá de tus vacaciones tranquila!