Luego de una cena, un par de copas o algunos besos, los labios se quedan sin color. Es importante tener en cuenta el paso a paso para una larga duración.
Exfoliar los labios al menos una vez a la semana permite que la piel esté libre de células muertas y, por tanto, más lisa. Podés utilizar el mismo exfoliante que tengas para el rostro.
Hidratar. Siempre es bueno utilizar cremas especiales e hidratantes para esta zona.Un truco es ponerse miel, que hidrata mucho. Además, de día, y especialmente ahora con el invierno, es preferible hidratar el labio siempre que se note reseco, señala Agnieszka Pazdzior, formadora de Benefit para El País.
No al cacao. Este producto es graso, por lo que el pigmento no se adhiere bien a la piel. Los labios hay que maquillarlos siempre limpios y secos. Los restos de bálsamo hacen que el labial se vuelva inestable. Mi truco es poner el bálsamo antes de maquillar para que vaya haciendo efecto y, cuando ya esté terminado todo el maquillaje, a falta de los labios, retiro con un tisú los restos del bálsamo y empiezo a maquillarlos, cuenta Gato, maquillador oficial de Maybelline New York.
Delinear. Utilizá un delineador para dibujar el contorno y además rellénalo de color, a ser posible con el mismo tono que el labial que se va a utilizar después.
Si el objetivo es que el color dure el mayor tiempo posible, por comodidad o porque no vas a tener tiempo de retocarlo, lo ideal es elegir fórmulas de larga duración.
El truquito del pañuelo. Una vez aplicado el color, el truco del pañuelo de papel retirando el sobrante es de sobra conocido y utilizado por todos los maquilladores.
Más color. Con una segunda capa se obtienen aún mejores resultados.
Fijación. Tras el maquillaje se puede aplicar alguna fórmula fijadora.
No uses brillo. Si querés que tus labios estén pintados más tiempo, elige una barra de labios antes que un gloss. El motivo es evidente. Cuanto más mate es una barra de labios, más se fija a la piel carnosa de los labios. El brillo es mucho más efímero porque su adherencia es también más superficial, concluye Noelia Jimenez Díaz.