Si eres una persona que se dedica a correr, o un ciclista empedernido, o solo una persona que hace ejercicio físico por disciplina, debes tener claro que incorporar el Yoga a cualquiera que sea tu estilo de entrenamiento puede ofrecerte muchos beneficios.
Primero recordemos qué beneficios te puede brindar la práctica de esta disciplina en general:
- Aumenta la flexibilidad, la fuerza, el rango de movimiento y protege las articulaciones.
- Fortalece los huesos, mejora la respiración y la circulación.
- Mejora el tono muscular.
- Estimula el sistema inmunológico.
- Mejora el equilibrio y el manejo del espacio.
- Tiene un efecto relajante.
- Ayuda a balancear las emociones.
- Mejora la concentración y la claridad mental.
El Yoga es una técnica universal de la que se desprenden varios tipos, unos más dinámicos que otros, sin embargo, todos persiguen el mismo objetivo: el equilibrio mental, físico y emocional. Otra cosa importante: el Yoga no se encuentra relacionado con ningún tipo de religión, por lo que cualquier persona, independientemente de su credo, puede practicarla.
Aquí algunos tipos de Yoga:
- Bikram Yoga: es una rutina de 26 posturas que se utilizan en el Hatha Yoga, pero se realiza en un salón que se encuentra a 42° de temperatura y tiene una duración de 90 minutos. La temperatura permite que el cuerpo se prepare para lograr las diferentes posturas, es muy dinámica y trabaja la mayoría de los sistemas de nuestro organismo.
- Ashtanga Yoga: consiste en movimientos fluidos que se sincronizan con tu respiración. Hay muchas posturas, y cuando logras una de ellas, te estás preparando para la siguiente; estos retos ayudan a vencer tu miedo y fortalecen tu cuerpo. La respiración en esta práctica es muy importante, debe ser energética, calmante y meditativa; su sonido, volumen y ritmo son muy poderosos.
- Kundalini Yoga: su práctica se centra en técnicas de respiración profunda (con el estomago), se enfoca en la conciencia del cuerpo desde el interior. Es una combinación de trabajo físico y meditación, haciendo más énfasis en esto último. Consigue que el sistema nervioso sea más fuerte y permite un mejor control del estrés. Tonifica el cuerpo entero y los músculos se hacen más flexibles en vez de tensionarlos.
- Power Yoga: fusiona técnicas del Hatha Yoga, Vinyasa, Bandha y Dristi; a través de los movimientos fluidos y la respiración sonora, se produce un calor interno que lleva al cuerpo a una desintoxicación. Es una práctica muy energética y aeróbica que además logra reforzar y estabilizar tu centro; al permitir tener una mayor libertad de movimiento, mejora tu resistencia, flexibilidad y tiempo de reacción y te enseña a coordinar muy bien tu respiración con tus movimientos físicos.
- Iyengar Yoga: se caracteriza por que las posturas se ejecutan con precisión y elegancia, se cuidan todos los detalles y la correcta alineación del cuerpo; las secuencias son más tranquilas y meditativas. Es un método bien definido y el alumno es guiado poco a poco del nivel básico al avanzado. Ayuda a tener más conciencia del cuerpo y la postura, mejora la circulación, digestión y reduce la tensión.
Recuerda… ¡tú generas el cambio!